En la vida de un entrenador de fútbol hay experiencias que te marcan, y una de ellas me ocurrió hace poco.
Era un partido aparentemente sencillo. El equipo rival había quedado por debajo en la tabla y, en la ida, les habíamos metido nueve goles. Todo apuntaba a un día cómodo.
Pero sucedió lo inesperado: empatamos.
Y lo más llamativo no fue el resultado, sino la actitud del equipo.
Los chicos, normalmente intensos y con hambre competitiva, salieron desconectados. Incapaces de reaccionar.
El partido se les hizo largo… y a mí también.
¿Dónde estaba el problema?
La respuesta era clara: motivación.
Pero no hablo de gritar en el vestuario o de dar charlas épicas.
Hablo de motivos reales. De darles razones de peso para que entrenen, para que compitan, para que se vacíen… incluso cuando parece que no hay nada en juego.
Porque, seamos sinceros:
👉 ¿A quién le emociona un partido contra un equipo al que ya le has ganado por goleada otras veces?
Exacto. A nadie.
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El gran reto: motivar cuando parece que no hay nada que demostrar
Uno de los desafíos más complejos en el fútbol base es este: motivar en partidos “fáciles”.
Contra rivales de final de tabla, contra equipos que ya hemos ganado…
Es ahí donde la mente del jugador baja la guardia.
Y si no lo detectas a tiempo, pierdes el partido antes de jugarlo.
Por eso, desde hace tiempo, tras cada encuentro pinto el escenario de la semana.
No solo repaso lo que ha pasado, sino que siembro la motivación futura.
Creo una historia nueva. Porque cada semana debe tener su propio sentido.
El pasado no gana partidos
En fútbol, como en la vida, no puedes vivir del pasado.
Sí, ganamos 9-0 en la ida. ¿Y qué?
Cada partido es una nueva historia.
Cada rival, una nueva versión.
Y tú, como entrenador, también tienes que evolucionar.
📲 En mi cuenta de Instagram comparto a diario estas reflexiones, recursos y estrategias que aplico en mis equipos.
No entrenes para ganar, entrena para construir
Otra trampa frecuente: centrarse solo en el resultado.
Sí, el marcador es importante. Pero no es lo único que importa.
Lo esencial es el proceso, la actitud, la mentalidad competitiva.
Yo siempre digo lo mismo:
👉 “Lo que haces entre semana vale más que el resultado del domingo.”
Y eso es lo que intento transmitir cada día:
Que el foco no esté en el rival, ni en el resultado anterior, ni en la tabla.
El foco debe estar en cómo compites hoy, cómo entrenas hoy, cómo evolucionas hoy.
Lo importante es el camino, no el lugar en el que estás
No quiero que mis jugadores se vean como los primeros ni los últimos.
Quiero que se vean como un equipo en construcción.
Con todo por mejorar.
Con mucho por aprender.
Y con una sola obligación: dar lo mejor en el presente.
Porque al final del día, eso es lo que de verdad importa.