Cada jugador es un motor: a veces solo necesita el empujón adecuado
Activar el potencial de tus jugadores en fútbol base no se trata solo de corregir errores técnicos o enseñar un sistema de juego.
Se trata de entender que cada jugador funciona diferente, y que muchas veces, lo único que necesitan es un pequeño empuje para ponerse en marcha.
Ese empuje puede venir de ti como entrenador, de un compañero o incluso de una experiencia concreta.
Y cuando ese motor arranca, las ideas fluyen, la motivación crece y el equipo mejora.
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¿Y si ese motor no arranca?
No todos responden igual.
A veces, el talento está, pero no se activa.
Y como entrenador, te enfrentas al reto de:
- Detectar qué está bloqueando al jugador
- Darle el tipo de estímulo que necesita
- Acompañarlo con paciencia… pero también con firmeza
Hay quienes necesitan confianza.
Otros, estructura.
Y algunos, simplemente una oportunidad distinta para demostrar lo que valen.
El equipo nunca está completo: siempre hay algo que pulir
Un equipo de fútbol base nunca es una obra terminada.
Siempre hay margen de mejora:
- Nuevas ideas
- Pequeños ajustes tácticos
- Dinámicas que elevan el nivel colectivo
Y esa sensación de estar siempre mejorando es lo que te mantiene conectado con tu propósito.
Cambiar para avanzar: salir de la zona de confort funciona
Hace poco introduje un nuevo sistema de juego y la reacción fue reveladora:
las jugadoras se adaptaron rápido y mejoraron su rendimiento.
Esa experiencia me recordó algo esencial:
a veces el cambio es lo que desbloquea el crecimiento.
Salir de lo cómodo no solo es necesario, es transformador.
Disciplina y cercanía: no son opuestas, son complementarias
También hay momentos difíciles.
Jugadores que rompen las reglas, que no se implican como deberían.
Y ahí toca intervenir.
Con claridad. Con firmeza. Pero sin romper la relación.
Tu labor no es ser autoritario.
Es establecer límites con coherencia y mantener un vínculo sano.
La cercanía no excluye la exigencia. Al contrario, la potencia.
El verdadero objetivo: crecer más allá del marcador
En cada charla, en cada corrección, en cada entrenamiento, trato de transmitir que:
- El fútbol es un aprendizaje constante
- Las reglas del equipo son parte de ese aprendizaje
- Lo más importante no es ganar, sino crecer
El objetivo es que cada jugador dé lo mejor de sí, no solo para competir, sino para evolucionar como persona.
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