El mundo de la dirección de equipos de fútbol puede ser tan emocionante como desafiante. Como entrenador, te subes cada día a una montaña rusa de emociones, muchas veces con situaciones fuera de tu control.
Recuerdo una etapa especialmente compleja. Teníamos una plantilla con talento, con jugadores que podían competir bien en la categoría. Pero también había jugadores que, sinceramente, no tenían el nivel necesario.
Y no, no es fácil gestionar ese desequilibrio. Pero cuando se presenta, hay que afrontarlo.
Toca reorganizarse, reinventarse y seguir adelante.
El equipo cambia… y tú también
Por otro lado… puede que uno o dos de tus mejores jugadores decidan no seguir.
Pero tú no puedes quedarte en el lamento.
👉 Toca buscar soluciones.
Porque al final del día, no hay otra opción.
Una de las mayores lecciones que he aprendido como coach de entrenadores es que las cosas tienden a encajar.
Sí, incluso cuando parece que todo se desmorona.
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Detrás de cada pérdida hay una oportunidad
A veces pierdes a tus mejores jugadores…
Y al principio piensas que el proyecto se va al traste.
Pero luego entiendes que esos jugadores, por alguna razón, no estaban alineados con el grupo.
O que su marcha te obliga a reinventarte y acabas encontrando un chaval que resulta ser clave en el nuevo sistema.
Y entonces el equipo, de repente, funciona mejor de lo esperado.
La presión no se gestiona con excusas, sino con propósito
Sostener un equipo en momentos difíciles requiere mucha resistencia interna.
Y esa resistencia solo se construye con dos cosas:
- Clara visión de tu enfoque
- Compromiso profundo con tu propósito
Me pasó una vez: el equipo estaba en posición de ascender, pero varios jugadores recibieron becas para irse a Estados Unidos.
El club decidió no dejarme reemplazos.
Empezamos a perder partidos… y descendimos.
Podría haberlo vivido como un fracaso.
Pero fue justo el impulso para construir otra etapa: monté mi página web, y ahí empezó lo que hoy es mi proyecto como formador.
El camino se despeja cuando tú te fortaleces
No puedes controlar lo que hacen los jugadores.
Ni las decisiones del club.
Ni las lesiones.
Pero sí puedes controlar tu actitud, tu preparación y cómo respondes a cada reto.
Y lo más difícil de todo esto es saber distinguir qué sí puedes controlar y qué no.
Si estás en un momento de confusión, presión o falta de motivación, te invito a pasar por mi cuenta de Instagram.
📲 Allí comparto reflexiones reales, herramientas prácticas y apoyo directo para entrenadores:
En resumen
Ser entrenador es un camino lleno de baches, giros inesperados y decisiones difíciles.
Pero si te mantienes firme, si no pierdes la fe en tu propósito, y si estás dispuesto a reinventarte y crecer, todo acaba colocándose.
Muchas veces, las situaciones más duras son las que te empujan al lugar más pleno.