Como coach de entrenadores de fútbol, siempre estoy buscando formas de mejorar mi enfoque y sacar lo mejor de cada entrenador. Y si algo he aprendido con los años, es que la clave no está en imponer… sino en convencer.
Llévatelo a tu trabajo… En cada sesión, en cada charla, en cada decisión táctica, está presente esta elección:
👉 ¿Quiero que me obedezcan o quiero que crean en lo que estamos haciendo?
Y créeme, la diferencia es abismal.
El enfoque Ancelotti: convencer con humanidad
Hace poco, en una conversación con un colega, hablábamos sobre la filosofía de Carlo Ancelotti. Él no impone, él convence. Y ese pequeño matiz cambia por completo la relación entrenador-jugador.
Porque cuando impones una norma, una estrategia o una posición en el campo, siempre existe resistencia.
Pero cuando logras que el jugador vea el beneficio, cuando se siente parte de la decisión, la entrega es total.
“Lo que se impone puede ser rechazado. Lo que se comprende… se abraza.”
De la imposición al compromiso
Te pongo un ejemplo. Si tú convences a un jugador de que jugar en una posición concreta le va a beneficiar, es mucho más probable que se esfuerce, que se adapte y que rinda.
Pero si simplemente le colocas ahí sin explicarle nada, quizá lo hará, sí…
Pero con mala actitud.
Con desgana.
Y sin compromiso real.
Porque nadie da lo mejor de sí mismo cuando no entiende el porqué.
Convencer no es negociar. Es formar.
En resumen:
convencer no es dejar que el jugador haga lo que quiera.
Es educar. Es mostrar. Es inspirar.
Es conseguir que vea por sí mismo lo que es mejor para el equipo y para él.
Y ahí es donde empieza el verdadero liderazgo.
No desde la autoridad. Desde la confianza.
¿Te interesa este tipo de liderazgo?
En mi cuenta de Instagram comparto a diario reflexiones, herramientas y experiencias para entrenadores que quieren marcar una diferencia real.