De entrenadores autoritarios a líderes que inspiran
Muchos venimos de una generación en la que la autoridad no se cuestionaba.
En casa, en el colegio, en el campo… las cosas eran como eran porque lo decía el adulto.
“Esto se hace así.”
“Porque lo digo yo.”
Y punto.
Pero esa fórmula, hoy, ya no funciona.
El castigo ha perdido su fuerza
Ya no basta con decir:
“Hazlo porque es bueno para ti.”
O imponer una sanción esperando que eso transforme una actitud.
Porque cuando impones una multa por llegar tarde, por ejemplo, lo que estás diciendo sin querer es:
“Puedes llegar tarde, solo tienes que pagar.”
Y eso no genera compromiso.
Solo genera transacciones.
Lo que sí funciona: pertenencia
Los equipos no cambian con multas.
Cambian con sentido de pertenencia.
Si quieres que tus jugadores lleguen puntuales, no les pongas una multa.
Sé tú el primero en llegar.
Explícales el valor que tiene la puntualidad para el grupo.
Hazles sentir que ser puntual es parte de “quiénes somos”.
En la pretemporada no impongas normas. Construye identidad.
Cuando estés diseñando tu pretemporada, no pienses solo en castigos.
Piensa en cómo puedes hacer que tus jugadores digan:
“Quiero estar en este equipo.”
“Quiero ser parte de esto.”
“No quiero fallarles.”
Porque cuando un jugador se siente parte del grupo, no hace las cosas por obligación.
Las hace por lealtad, por coherencia, por conexión.
Sí, es más lento. Pero funciona de verdad.
Este enfoque requiere más trabajo al principio.
No hay soluciones mágicas.
Pero a la larga, forma grupos más comprometidos, más coherentes y más responsables.
Y eso es lo que realmente queremos.
No robots que obedecen.
Sino personas que eligen comprometerse.
¿Quieres aprender a construir un equipo desde la pertenencia y no desde la imposición?
Escríbeme un privado en @aprende.entrenando y trabajamos en ello.