El partido que parece fácil… y acaba complicándose
Estás ganando 3-0. Todo va bien. El equipo toca, domina, no sufre.
Y de pronto… dejan de correr, bajan los brazos, se relajan.
Parece que el partido ya no importa.
Y tú, desde la banda, piensas:
”¿Cómo puede ser que vayamos ganando y me esté enfadando más que cuando perdemos?”
Es frustrante. Pero también es una gran oportunidad formativa.
El enemigo invisible: la desconexión por exceso de confianza
Cuando el rival no aprieta y el marcador es amplio, aparece una falsa sensación de seguridad.
El jugador cree que ya está todo hecho, que puede hacer lo que quiera. Y entonces:
- Pierde intensidad
- No respeta la idea de juego
- Busca la jugada individual
- Empieza a competir sin responsabilidad
Ese comportamiento no es solo problema del jugador.
Es una señal de que necesitamos trabajar mejor el enfoque mental y pedagógico del grupo.
¿Cómo evitar la desconexión cuando el partido va de cara?
1️⃣ Cambia el foco: del resultado al proceso
Cuando el marcador va a favor, muchos jugadores bajan el ritmo porque ya creen que han ganado.
👉 Ahí es cuando tú, como entrenador, tienes que cambiar el objetivo.
Haz preguntas como:
- ¿Seguimos respetando la idea?
- ¿Estamos tomando buenas decisiones?
- ¿Estamos ayudando a mejorar al compañero?
Gana quien no deja de crecer, no quien baja los brazos cuando va arriba.
2️⃣ Introduce retos internos en tiempo real
Ejemplo práctico:
“A partir de ahora, solo podemos marcar gol si hacemos 3 pases previos al primer toque.”
“Vamos a buscar ahora 2 goles desde fuera del área.”
“Buscad 3 recuperaciones tras pérdida en campo rival.”
Estos mini-retos activan de nuevo la atención, pero sin ridiculizar al rival ni alterar el ritmo del partido.
👉 Sirven para mantener la concentración, seguir formando y dar un nuevo propósito al equipo.
3️⃣ Refuerza el respeto al rival y al juego
Cuando ganan fácil, algunos jugadores tienden a burlarse, a humillar, a sobreactuar.
Ese es el momento para recordar valores.
No se trata de “bajar el ritmo para no hacer daño”, sino de mantener la esencia del juego con respeto.
Jugar bien es seguir aprendiendo, no humillar. Y eso es parte del aprendizaje emocional del equipo.
La clave: entrenar el enfoque mental desde la semana
No esperes al partido para trabajar esto.
👉 Si durante la semana solo entrenas táctica y técnica, el jugador no aprenderá a gestionar su actitud cuando el marcador vaya de cara.
Incluye en tus sesiones:
- Retos mentales
- Control emocional
- Roles de liderazgo
- Responsabilidad táctica con ventajas
Un equipo con conciencia sabe que ganar bien también forma.
Conclusión: ganar fácil también se entrena
No es casualidad que algunos equipos sepan competir ganando y otros no.
El entrenador que entrena la mente, los valores y la concentración forma jugadores más completos.
La próxima vez que tu equipo vaya ganando fácil, no lo veas como un “partido cómodo”.
Es el momento perfecto para educar.
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