La Importancia de Gestionar Intensidad y Volumen
Como entrenadores de fútbol base, una de nuestras responsabilidades clave es gestionar la intensidad y el volumen del entrenamiento, especialmente en los días previos al partido. En el último entrenamiento de la semana, que suele ser el viernes, es esencial ajustar la carga de trabajo para optimizar el rendimiento de nuestros jugadores el día del partido.
La intensidad se refiere a la carga de trabajo en términos de esfuerzo y ritmo durante los ejercicios, mientras que el volumen se refiere a la cantidad total de trabajo realizado a lo largo de la semana. En la sesión del viernes, debemos reducir la intensidad para permitir que los jugadores se recuperen adecuadamente, pero mantener un volumen suficiente para asegurar que lleguen al partido en las mejores condiciones posibles.
Mantener la Intensidad Baja pero el Volumen Adecuado
Durante el entrenamiento del viernes, es crucial mantener una intensidad alta, pero un volumen bajo. Esto significa que los ejercicios deben ser exigentes en cuanto a ritmo y volumen bajo comparados con las sesiones de entrenamiento a principios de semana. La razón es que te interesa en sobremanera conseguir que la intensidad se traslade a partido y no hay mejor manera que trabajar en la semana.
La clave es encontrar un equilibrio que permita a los jugadores estar en su mejor estado físico, táctico y emocional el día del partido.
Focalización en Ejercicios de Alta Intensidad
En las sesiones finales de entrenamiento, recomiendo centrarse en ejercicios que mantengan a los jugadores activos y en forma, sin sobrecargarles. Los ejercicios uno a uno y los trabajos en espacios reducidos son particularmente útiles para mantener a los jugadores comprometidos y preparados para el partido. Pero ojo con esto, ya que puede sobrecargar.
En lugar de ejercicios de baja intensidad, como los controles de balón sin ritmo, opta por actividades que incluyan sprints y contraataques. Estos ejercicios ayudan a preparar a los jugadores para las situaciones de alta velocidad y transición que enfrentará durante el partido, manteniendo su motivación y concentración.
Evitar Ejercicios que Puedan Dejar al Equipo Estático
Un error común en las sesiones previas al partido es recurrir a ejercicios de baja intensidad que pueden hacer que el equipo se sienta estático y desmotivado. Estos ejercicios, aunque útiles en otros contextos, no son ideales para el último entrenamiento antes del partido, ya que no contribuyen a mantener el nivel de energía y la dinámica del equipo.
Para evitar esto, enfócate en mantener el entrenamiento activo y dinámico. La idea es asegurar que los jugadores se sientan preparados y con la mentalidad adecuada para el partido. Ejercicios como los sprints y las simulaciones de situaciones de juego son excelentes para mantener el nivel de intensidad y preparación mental.
Contextualización de los Ejercicios al Partido
Finalmente, es fundamental que los ejercicios que elijas para la sesión final se contextualicen de manera que simulen las condiciones del partido. Esto incluye el tipo de movimientos, la velocidad y la intensidad, para que los jugadores estén familiarizados con lo que enfrentarán durante el juego real.
Mantener un ambiente positivo y enfocado en el objetivo es crucial. La motivación del equipo puede influir significativamente en su rendimiento el día del partido, por lo que es importante que los jugadores se sientan preparados y emocionados para la competición.
Conclusión
El último entrenamiento de la semana es una oportunidad para afinar los detalles y asegurarnos de que nuestros jugadores lleguen al partido en su mejor forma. Al gestionar correctamente la intensidad y el volumen del entrenamiento, podemos ayudar a nuestros jugadores a alcanzar el equilibrio óptimo entre recuperación y preparación. Mantén los ejercicios dinámicos, enfocados en situaciones de juego, y asegúrate de que el equipo esté motivado y listo para dar lo mejor de sí en el partido. ¡Con estos consejos, estarás en el camino correcto para tener un equipo preparado y competitivo!