Uno de los desafíos más comunes para cualquier entrenador de fútbol base es mantener la atención de los niños durante el entrenamiento. Algunos jugadores parecen desconectarse con facilidad, se distraen con cualquier estímulo y su rendimiento se ve afectado. Pero lejos de etiquetar esto como un “problema de actitud”, debemos entenderlo como una fase del desarrollo cognitivo que se puede entrenar igual que la técnica o la táctica.
1. Entender la atención como una función cerebral en evolución
La atención no es un rasgo fijo, sino una función ejecutiva del cerebro que se desarrolla progresivamente. Según estudios en neurociencia cognitiva (Diamond, 2013), la corteza prefrontal —área responsable de la atención, el control de impulsos y la toma de decisiones— se desarrolla de forma gradual durante la infancia y la adolescencia.
Esto significa que pedirle a un niño de 6 o 7 años que mantenga la atención durante 60 minutos sin estímulos variados es tan irreal como pedirle que juegue 90 minutos sin cansarse.
2. Pedagogía activa: cómo enseñar en función del foco atencional
Desde el punto de vista pedagógico, hay que diseñar tareas que activen y mantengan la atención del niño. Algunas claves:
- Tareas cortas y variadas: Cambiar el foco de la tarea cada 6-8 minutos ayuda a renovar la atención sin saturar.
- Objetivos claros y visibles: El niño necesita saber qué se espera de él para mantener el foco.
- Desafíos adecuados: Si la tarea es muy difícil, se frustrará. Si es muy fácil, se aburrirá. El equilibrio es la clave del flow (Csikszentmihalyi, 1990).
- Estímulo emocional: Las emociones intensifican la memoria y la atención. Usa historias, retos o metáforas para enganchar.
3. Ambientes que favorecen la concentración
No es solo lo que haces, sino dónde y cómo lo haces. Un entorno ruidoso, caótico o sin estructura puede sabotear cualquier esfuerzo por mantener la atención.
Algunos elementos que ayudan:
- Rutinas estables: Los niños se sienten más seguros y atentos cuando saben lo que viene.
- Zonas delimitadas: Utiliza conos, petos o elementos visuales para ayudar al niño a situarse en el espacio.
- Mensajes simples: Instrucciones cortas, claras y con gestos visuales de apoyo.
4. Atención compartida: una herramienta poderosa
La atención no es solo individual. En edades tempranas, se construye en relación con los demás. La atención compartida —cuando dos o más personas están focalizadas en lo mismo— es una de las bases del aprendizaje.
Invita al niño a observar a un compañero, a seguir una pelota, a fijarse en una señal. Es más fácil mantener la atención cuando hay una referencia externa común.
5. Estrategias concretas para trabajar la atención
Algunas ideas prácticas para implementar ya en tus entrenamientos:
- Mini desafíos de observación: “¿Cuántos toques ha dado tu compañero?” o “¿Dónde está el espacio libre ahora mismo?”
- Repeticiones con variantes: Repetir una misma tarea añadiendo pequeños cambios obliga al cerebro a reajustarse y mantener la alerta.
- Paradas reflexivas: Hacer pausas breves para que los niños verbalicen lo que ven o hacen. Esto refuerza el foco y la comprensión.
- Refuerzo positivo al foco: Elogiar explícitamente las conductas atentas: “Me ha encantado cómo estabas mirando el balón todo el tiempo”.
Conclusión
Desarrollar la atención en el fútbol base no se consigue gritando “¡Concéntrate!” desde la banda. Se logra diseñando entrenamientos que respeten el desarrollo cerebral, creando ambientes adecuados y utilizando estrategias pedagógicas específicas.
Cuando entendemos cómo funciona la mente del niño, dejamos de frustrarnos por lo que aún no sabe hacer y empezamos a acompañarlo en ese proceso de forma consciente y efectiva. Porque, igual que enseñamos a pasar o a conducir el balón, también podemos enseñar a prestar atención. Solo hay que saber cómo.
Si te interesa este tipo de contenido sobre cómo trabajar la atención y otros aspectos formativos en el fútbol base, únete a mi masterclass gratuita para entender el proceso.
Y si lo que necesitas es que te acompañe semana a semana en tu trabajo, accede a la Academia desde 50 € al mes. Tienes el acceso en la parte superior de esta página.