En lugar de imponer normas, crea una identidad de grupo que transforme el comportamiento
¿Son realmente necesarias las normas en un equipo de fútbol base?
Muchos entrenadores creen que sí. Puntualidad, vestimenta, sanciones por tarjetas…
Pero lo cierto es que esas normas, por sí solas, no transforman el comportamiento. Solo lo regulan momentáneamente.
La verdadera gestión del grupo no nace de imponer, sino de inspirar.
Y eso solo ocurre cuando hay una identidad de equipo clara, compartida y vivida desde dentro.
¿Quieres crear esa identidad en tu equipo? Escríbeme por privado en @aprende.entrenando y te ayudo a implementarla.
El problema de las normas en fútbol base
Las normas suelen tener un enfoque punitivo:
- Llegas tarde: multa.
- Protestas: sanción.
- No llevas bien el uniforme: castigo.
Este sistema genera cumplimiento por miedo, no por convicción.
Además, desgasta emocionalmente la relación entrenador-jugador.
Te conviertes en el “policía” del grupo. Y eso rompe el clima educativo.
Las normas siempre pueden ser incumplidas
Una norma es una regla externa.
Y lo externo siempre puede ser negociado, esquivado o ignorado.
Los jugadores no sienten que esa norma los representa. Solo la cumplen si les conviene… o si hay consecuencias.
¿Resultado? Cumplimiento inestable y ambiente tenso.
La alternativa: construir una identidad de grupo
Una identidad es interna. No se impone, se vive.
Y cuando está bien construida, los comportamientos emergen de forma natural.
En un equipo con identidad:
- La puntualidad no es una norma: es parte de “quiénes somos”.
- El respeto no se exige: se respira.
- La vestimenta no se revisa: se cuida porque representa al grupo.
¿Cómo se construye esa identidad de equipo?
1. Empieza por ti como entrenador
Tu ejemplo es el mayor generador de cultura.
Llega antes que nadie. Habla con respeto. Sé coherente.
Los jugadores te copiarán, no te escucharán.
2. Define comportamientos concretos
Más allá de valores abstractos, establece acciones visibles:
- Saludar siempre al público al terminar
- Dar la mano al árbitro al inicio
- Animar al compañero tras un fallo
Estas acciones refuerzan el sentido de pertenencia.
3. Genera orgullo de pertenecer
Haz que ser parte del equipo se sienta como algo especial.
Cuando los jugadores dicen “en este equipo somos así”, estás creando identidad.
4. Refuérzala constantemente
No basta con decirlo una vez.
Hazlo parte de tus charlas, tus correcciones y tus elogios.
Una identidad se construye día a día.
Identidad vs normas: por qué gana siempre la identidad
- Las normas se cuestionan. La identidad se asume.
- Las normas se cumplen por miedo. La identidad se vive por orgullo.
- Las normas separan. La identidad une.
Cuando construyes una identidad sólida, los jugadores actúan desde dentro.
Y eso te libera de sancionar, vigilar o forzar.
Todo fluye. El grupo se autorregula.
¿Te gustaría transformar tu equipo desde esta perspectiva? Escríbeme por privado en @aprende.entrenando